octubre 18, 2025
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Culiacán, Sin.- La violencia que azota a Culiacán ha alcanzado un nuevo y doloroso punto de inflexión. El Ostok Sanctuary, considerado el santuario de fauna silvestre más importante del país, anunció su cierre definitivo en la capital sinaloense y el inminente traslado de más de 700 animales a la ciudad de Mazatlán. Se trata del éxodo más grande de animales registrado en la historia de México a causa de la inseguridad.

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Elefantes, leones, tigres, jaguares, antílopes, primates y aves exóticas forman parte de esta caravana sin precedentes que buscará refugio en el Bioparc El Encanto, un centro ecológico y sustentable que les abrirá las puertas ante la falta de condiciones mínimas para su cuidado en Culiacán.

“La violencia artera tristemente ha tomado control de la ciudad desde hace meses. Nuestros cuidadores, médicos veterinarios y personal operativo ya no pueden cruzar la ciudad con seguridad para alimentar y atender a los cientos de animales rescatados”, declaró Ernesto Zazueta Zazueta, presidente del santuario.

El cierre del Ostok se suma a una larga lista de afectaciones que ha provocado la ola de violencia en Culiacán. Desde septiembre de 2024, se reporta el cierre de más de 800 negocios, entre ellos marcas internacionales, así como la suspensión “temporal” de 97 escuelas. El ausentismo escolar alcanza hasta el 45% en algunas instituciones, y universidades como la UAS, el Tec de Monterrey y el CBTis han optado por clases virtuales. Además, 15 centros de salud rurales han cerrado, afectando la atención médica a miles de familias.

“El santuario era un símbolo de esperanza, de rescate, de trabajo conjunto con la SEDENA y la Guardia Nacional para salvar animales del tráfico ilegal y el maltrato. Ahora también se ve forzado a huir”, lamentó Zazueta.

No obstante, el directivo subrayó que este traslado no es una rendición, sino un acto de dignidad y resistencia. “Esta es una especie de Arca de Noé del siglo XXI. No huimos de un diluvio, sino de la violencia humana que ha hecho de Culiacán un lugar inhabitable”.

El traslado contará con la participación de médicos veterinarios zootecnistas y especialistas en fauna silvestre para garantizar la integridad física y emocional de los ejemplares durante el recorrido.

Zazueta concluyó con un mensaje contundente: “Si los animales ya no pueden vivir en Culiacán, ¿quién puede hacerlo? Este éxodo debe ser una llamada de atención. La violencia no distingue especie, pero tampoco puede ser motivo para rendirse. Es momento de construir un país más solidario y pacífico”.

Con el cierre de Ostok, Culiacán pierde no solo un santuario animal, sino un refugio simbólico de esperanza.